TACHI

Tu cuerpo se convirtió en un desierto, 

hay dunas en tu vientre, 

serpientes en tus manos que se apresuran a volver a la tierra 

debajo de tu brazo veo una vena que se mueve con tu corazón, 

así cuento tus latidos ... 1 ... 2 ... 3

Este es tu atardecer, y me gustaría sostener tu mano cuando anochezca en tu vida. 

Los hombres dan anillos a las mujeres, para comprometerse, para marcar el territorio, para que otros hombres sepan que esa mujer no está disponible, eso lo aprendí hace poco. Yo a ti te doy un anillo, lo pondré en tu dedo medio, ahí donde desemboca tu vena, en el centro de tu cuerpo, para que cuando me vaya te acuerdes de mi, para que en tu muerte algo de mi te sostenga, para que ese anillo que he cargado por tantos lugares se quede contigo, para estar, no importa que te miren otras mujeres, otras hijas, otras amigas,  no para marcarte, para acompañarte. 

Tus ojos brillan igual que la primera vez que te vi, y tus palabras sonríen aunque apenas salen de tus labios 

Nos comimos dos plátanos manzana, uno tu, y uno yo, nunca había puesto atención que el plátano al abrirse parece una flor hasta que me lo dijiste, así que guardaré en mi recuerdo que nos comimos dos flores juntas, mientras llorábamos por la vida que se te va y la que se me queda.  

Tú tampoco te preocupes, yo también estaré bien. 

Me regalaste la última servilleta que tejiste, te regale el único anillo que no he perdido. 

También te extrañé...extrañaré. 

Hilaria


Hoy te vuelves una con las estrellas, 05/12/2023

Siguiente
Siguiente

Te quiero